domingo, 16 de octubre de 2011

Sobrevive 12 días en Australia a base de hierbajos y moras

Sobrevivió al desierto australiano comiendo moras y hierbajos y durmiendo bajo un tronco en un intento por permanecer caliente y seco.


El padre de Jamie le echó una bronca nada más verlo.

Pero cuando Jamie Neale fue rescatado del implacable territorio de las Montañas Azules, el mochilero británico tuvo que pasar por otro suplicio: su padre lo estaba esperando para echarle una severa bronca por haberse perdido. Richard Cass, que había volado a las montañas desde Londres para ayudar en el rescate de su hijo, se puso eufórico cuando se enteró de que su hijo de 19 años había sido encontrado, pero la felicidad estuvo coloreada de exasperación.

- Debe de ser el único adolescente del mundo que va a una excursión de 20 kilómetros sin su teléfono móvil - dijo el padre - Cuando oí todos los errores que cometió, como no firmar el registro del hostal y no llevar una señal de emergencia, no puedo decir que lo mataría porque iría contra el objetivo, pero le daré una patada en el c...

Neale, que se recuperaba anoche de la deshidratación y los síntomas de congelación en el Hospital Montañas Azules de Katoomba, dijo que lo primero que hizo su padre cuando la pareja se reunió fue insultarlo.

Richard Cass fue impenitente:

- Sí que lo insulté, tenía lágrimas en los ojos. Le dije que su historia podría ser una película sobre cómo perderse en el desierto. No lleves tu móvil, lleva ropa oscura, no firmes en los hostales, y si tienes una manta de emergencia, olvídala en Perth.

Menos de 24 horas antes, la situación de Neale era desesperada. Perdido en la naturaleza, confuso y desorientado, creyó que moriría. Muchos de los que lo buscaban, incluido su padre, habían agotado la esperanza de encontrarlo vivo.




Pero a las 11:30 de la mañana hora local, el estudiante de año sabático fue visto por dos personas en la remota zona Medlow Gap, a unos 20 kilómetros de Katoomba.
Lo llevaron fuera del valle, llamaron a la policía y se lo entregaron a los bomberos, que lo llevaron al hospital. Allí se reunió con su padre, que había estado a punto de subirse a un avión de vuelta a Londres cuando un mensaje de texto de la policía llegó con buenas noticias.


Dos días antes, Richard Cass había  viajado al último lugar donde su hijo había sido visto para cavar una tumba en las rocas y dar una especie de despedida funeral. Se fue de la formación rocosa de Ruined Castle y puso el nombre de Jamie, la fecha de nacimiento y la de su desaparición junto con las palabras: "mi chico".
Ahora que la tumba de Jamie es testamento de las increíbles habilidades de supervivencia de Jamie mientras cientos de trabajadores a la búsqueda peinaban la densa zona de matorral del Parque Nacional de las Montañas Azules durante 12 días.

Supervivencia
En un extraordinario ejemplo de supervivencia, logró esquivar la hambruna y la hipotermia alimentándose de moras, semillas y "hierbajos que parecían cohetes". Pasó varias noches durmiendo debajo de troncos y otras simplemente acurrucado en su chaqueta mientras intentaba buscar una salida de aquella zona salvaje siguiendo ríos y subiendo zonas escarpadas.
Hablando desde la cama del hospital, dijo:

- Realmente pensé que moriría. Podía ver los helicópteros volando por encima pero no podían verme.

El 3 de julio, Neal, de Muswell Hill, norte de Londres, salió de excursión por una zona de matorral por el vasto y escarpado valle de Jamieson, sin decirle a nadie adónde iba y sin llevar el equipo necesario. Solo tenía una pequeña cantidad de agua y dos rebanadas de pan.

Estos errores implicaron que, cuando se le dio por desaparecido, la policía tuvo el reto de encontrarlo igual que si se tratara de una aguja en un pajar. Cientos de rescatadores y voluntarios peinaron aproximadamente 100 kilómetros cuadrados de denso matorral. Uno se rompió el brazo, otro tuvo que ser rescatado. Algunas respuestas faltan sobre cómo permaneció vivo en este implacable territorio tanto tiempo. Su padre negó que que la increíble historia fuera una farsa y lo atribuyó a su forma física, juventud y tolerancia al frío. La temperatura en noches invernales en las Montañas Azules pueden bajar de 0 grados.

- Siempre he dicho que es un chico duro y que el frío no lo vencería - dijo el señor Cass - Podría andar hasta el Polo Norte en calzoncillos. Siempre que no se cayera por un barranco y se rompiera la cabeza, creo que estaría bien.

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